En oportunidades la vida nos ofrece eventos imprevistos, como caídas, fracturas, cirugías, robos, choques, entre muchas otras cosas. El problema radica es en la actitud que tomemos frente a estas circunstancias fortuitas.
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Son eventos que en gran medida son previsibles, pero que si no tomamos las precauciones a tiempo por distracción o simple desconocimiento tenemos que simplemente aprender a sobrepasar la circunstancia y ver que novedad nos enseña.
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Tal vez, sólo necesitamos tiempo para descansar y
no lo habíamos notado, tal vez no nos habíamos preocupado por nuestra
seguridad, tal vez no fuimos conscientes del daño que nos hacíamos, hasta que
no apareció esta nueva circunstancia. De todo podemos aprender, y es mejor
aprender que sufrir las consecuencias del evento imprevisto que nos ocurrió. Un
día leí, de cada circunstancia que vivimos el 10% de lo que sufrimos es
consecuencia de ese evento, pero el 90% restante depende de la actitud con que
decidas superarla. Siempre hazte la siguiente pregunta: ¿Qué tengo que aprender
de esto?.
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